David tenía una relación especial con Jonatán. Es claro que Jonatán amaba a David más que su propia vida. Y también es claro que David correspondía esa amistad. Lo otro que me parece bastante claro es que Saúl comenzaba a dar indicios de locura. Observamos su reacción ante la ausencia de David: “Porque todo el tiempo que el hijo de Isaí viviere sobre la tierra, ni tú estarás firme, ni tu reino. Envía pues, ahora, y tráemelo, porque ha de morir.” Saúl expresa preocupación por el hecho de que mientras David siga vivo, la sucesión del trono no esta asegurada y no solamente Saúl esta en peligro, sino que también Jonatán lo está. Saúl le asegura a Jonatán que si David no logra quitarle el trono a él, definitivamente que se lo quitará a Jonatán. Al oír uno estas palabras, inmediatamente pensamos que lo que sucede es que quiere proteger a su hijo, sin embargo el pasaje añade: “Entonces Saúl le arrojó una lanza para herirlo; de donde entendió Jonatán que su padre estaba resuelto a matar a David.” Si deseaba que Jonatán le heredara, bonita forma de demostrarlo. Yo creo que sí, Saúl amaba a su hijo, y sí quería que le heredara. El problema es que el haberse alejado de Dios lo estaba desquiciando. Saúl se estaba comportando como alguien que no necesariamente esta en control y lo único que puede pensar es en cómo destruir a su enemigo conforme a sus ideas de amor y lealtad.
Saúl ordena que le traigan a David para matarlo pero Jonatán se lo advierte a David para que huya y pueda salvar su vida. Saúl pierde por completo su norte con Dios. Es increíble como alguien que Dios lo escoge para reinar pueda perderse tan radical y rápidamente. Esto es una advertencia para mí. Porque Dios me haya bendecido ayer y me este bendiciendo hoy no significa que sucederá mañana si me alejo y aparto de él. Tengo que cuidar mi vida espiritual con temor y temblor y no pensar que las cosas se me van a dar sin buscar consistentemente su rostro. La clave no es ser perfecto, la clave es ser consistente en la búsqueda de Dios en oración y lectura de sus escrituras y Dios se va a encargar del resto. El es fiel, aún cuando nosotros no lo seamos, si nos acercamos a él con el corazón contrito y humillado. El nos conoce desde el vientre de nuestra madre y lo que busca en nosotros es lo que tenía David, una vida conforme al corazón de Dios. ¡Señor, pon en mi corazón el deseo de la búsqueda continua de ti de tal forma que siempre este cerca de ti y te sea fiel! ¡Amén!