Monthly Archives: January 2013

Salmo 105: Dios de la historia

“¡Demos gracias a nuestro Dios!  ¡Demos a conocer entre las naciones todo lo que él ha hecho! ¡Cantémosle himnos!  ¡Demos a conocer sus grandes milagros!  ¡Digamos con orgullo que no hay otro Dios aparte del nuestro!  ¡Alegrémonos de corazón todos los que adoramos a Dios!”(TLA)  Me parece que esos primeros tres versos lo resumen todo.  Nuestro Dios es un Dios de milagros y maravillas.  Vez tras vez en la historia lo vemos interviniendo en los asuntos de los hombres con grandes señales y prodigios y el que le conoce personalmente puede también contar lo que Dios ha hecho en su vida.  ¿Cuándo fue la última vez que diste testimonio de lo que Dios ha hecho en tu vida?  ¿Lo cuentas con cierta frecuencia o hace más de un año que no hablas con nadie de él?  El salmista nos exhorta a decirlo con orgullo que no hay otro Dios aparte del nuestro.  ¿Lo haces tú?  En estos tiempos donde el cristiano es presionado simplemente por creer en la Biblia y ponerla en práctica, el salmista nos exhorta a adorar a Dios con alegría en el corazón.

Me llama la atención cómo los enemigos de la verdad, tergiversan lo que decimos para presentarnos como antiguados ó locos.  Aún más, me sorprende cómo podemos estar de acuerdo con agendas que están en contra de las escrituras, simplemente porque el impío nos da pena, no es correcto socialmente y nos parece que no debería ser como lo enseña la palabra de Dios.  No olvidemos que el sistema de gobierno de Dios es una teocracia y no una democracia.  Es interesante como las escrituras se convierten solamente en guías y no en nuestros principios, normas y reglamentos en que basamos nuestros comportamientos, expresiones y formas de pensar.  Ó estamos con él o estamos en contra de él.

Yo estoy con Cristo porque al ver en la historia lo que hizo por mí, ¿tengo otra opción?  Deseo buscar su rostro, acercarme a él y procurar agradarle porque él es merecedor de toda gloria y honra.  Él ha hecho maravillas en mi favor, me ha salvado, me ha sanado, me ha llenado de su Espíritu y un día vendrá otra vez por mí.  La única condición para continuar recibiendo sus bendiciones es que ponga en práctica en mi vida sus mandamientos y leyes y aún para eso él mora en mí, para ser él quién me ayude a vivir una vida recta y santa delante de sus ojos.  ¡Gracias, Señor!  ¡Aleluya!

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Salmo 104: Un himno al Creador

“¡Cuán innumerables son tus obras, oh Jehová!  Hiciste todas ellas con sabiduría;  la tierra está llena de tus beneficios”

Al mirar la naturaleza que nos rodea, podemos concluir que con su belleza le canta alabanzas a Dios.  Si uno ha tenido la bendición de viajar, uno ha visto no solo lo bello de su país sino lo bello del mundo.  Todo lo creado muestra a un Dios creador y nos declara que no estamos solos en el universo, que no salimos de la nada, sino que tenemos propósito y finalidad.

Este salmo muestra aprecio por cada uno de los aspectos de la naturaleza, desde cabras salvajes, leones y hasta el famoso monstruo marino bíblico, “el leviatán” (probablemente la ballena).  Los israelitas , como pueblo agrícola y de pastoreo con una vida bien dura en aquella época, no tenían una idea romántica de la vida al aire libre.  Ningún pastor piensa en las ovejas y cabras como mullidas y suaves.  Sin embargo, el salmista nos dice que tienen valor, especialmente para Dios.  Se ve en el salmo cómo todos los elementos del mundo están conectados perfectamente.  Él ve en eso la mano de Dios porque entiende que es su obra perfecta.

La imagen de Dios que presenta, no es la de un creador relojero, que hace y conecta, lo echa a correr y se va, sino mas bien la de un creador que esta ligado en el presente bien íntimamente con su creación.  Las cosas van juntas y se acoplan unas a otras porque un Dios personal e íntimo las cuida.  Se menciona que los animales comen, no porque el ambiente donde viven contiene comida, sino porque Dios les da su comida en el momento adecuado. “Todos ellos esperan en ti, para que les des su comida a su tiempo.  Les das, recogen; abres tu mano, se sacian de bien.”  Todo lo que tiene vida en este mundo depende de su voluntad.  Aún las cosas que no tienen vida, también dependen de su voluntad como por ejemplo lo es el clima, los vientos , las nubes y aún la estabilidad misma de la tierra.  EL salmista no se limita a maravillarse de la complejidad y belleza de la naturaleza; ve en ella la obra de Dios.

El salmista no está preocupado por sobrepoblación ó la contaminación del ambiente, esto no era importante en una civilización preindustrial, pero sin embargo desea que Dios purifique la tierra, “Sean consumidos de la tierra los pecadores, y los impíos dejen de ser.”  Esta purificación es una de carácter espiritual porque desea que la limpie de pecadores, de aquellos que rechazan la voluntad de Dios.  La tierra es bella y pura y por eso los humanos que están sobre ella deberían ser puros de corazón.

Mi oración es que pueda siempre ver a Dios en todo lo que me rodea y que pueda reconocer sus acciones y sus cuidados para alabarlo y glorificarlo.  Él está a mi alrededor, sólo tengo que reconocerlo. ¡Ayúdame Señor a poder reconocerte a ti y a tu obra en todo momento! ¡Amén!

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Salmo 102: Oración de un afligido

En este salmo el tono de queja predomina aunque en ocasiones, el salmista expresa confianza y esperanza de que Dios va actuar a favor de su pueblo.  El autor expresa una soledad extrema, “Soy semejante al pelícano del desierto; soy como el búho de las soledades; velo, y soy como el pájaro solitario sobre el tejado.”  Aunque tenemos al Señor en nuestras vidas, y aunque esperamos sufrir aflicciones en nuestras vidas, lo que no esperamos es que nos puedan abrumar tanto como es el caso aquí.  Tenemos esta imagen del cristiano victorioso de que la idea de que un hijo de Dios se deprima la consideramos lejos de la realidad.  Pero el cristiano no está exento de la depresión.  Una, tan desesperante, que hace que uno piense que está solo en el mundo, todo el cuerpo le duele, “Porque mis días se han consumido como humo, y mis huesos cual tizón están quemados”, no come, “Por lo cual me olvido de comer mi pan”, y ha perdido la fe.  Aún en medio de todo eso, el salmista se recuerda de Dios, ora y le pide que le escuche, “Jehová, escucha mi oración, y llegue a ti mi clamor.  No escondas de mí tu rostro en el día de mi angustia; inclina a mí tu oído; apresúrate a responderme el día que te invocare.”

Para mí la clave está en lo anterior.  Le pido a Dios que en el momento más oscuro, siempre mi espíritu clame a él.  No importa la circunstancia, por lo menos quiero que mi vista se alce al cielo en busca de respuesta, refugio y consuelo.  No porque necesariamente espere una respuesta o solución inmediata, sino porque en mi relación personal con él, deseo en mi momento más oscuro, recordarlo a él.  Deseo que Dios me de la confianza de siempre creer que él escucha o que me va a sostener con su gracia.

Por otra parte, ¿es el universo para siempre?  No, según el salmista, que predice que todo lo que Dios ha creado se gastará como ropa vieja.  “Desde el principio tú fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos.  Ellos perecerán, mas tú permanecerás; y todos ellos como una vestidura se envejecerán; como un vestido los mudarás, y serán mudados; pero tú eres el mismo, y tus años no se acabarán.”  Dios siempre es el mismo y el preservará a su pueblo, con quien está más comprometido aun que con el universo.

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Salmos 100 y 101: Promesa de vivir rectamente

Hay amistades que son buenas para uno pero hay otras que no lo son.  Algunas a uno lo edifican pero hay otras que lo que hacen es derribarnos.  Esto es más cierto cuando uno tiene posiciones de influencia.  A través de los años he visto como la política crea las alianzas más extrañas.  Un político tiene que trabajar y colaborar con gente de diferentes grupos, ya sea que le guste o no.  Pero David, el rey ungido de Dios, político, se compromete a mantenerse libre de todas las alianzas dudosas.  “Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén conmigo; el que ande en el camino de la perfección, éste me servirá. No habitará dentro de mi casa el que hace fraude; el que habla mentiras no se afirmará delante de mis ojos.”  Él desea una administración limpia, una que no solo lo sea pero que también lo aparente.  Él desea servir adecuadamente a Dios y sabe que cualquier indicio de alianza con el impío no es conveniente ni para su reino, ni para honrar a Dios.

Esto es algo que no se debe olvidar.  Jamás el fin justifica a los medios.  Hacer alianzas humanas dudosas resultan en nosotros inconscientemente declarar que no confiamos en Dios y que debemos buscar ayuda del hombre sin importar de donde venga.  Eso no lo quiere Dios.  Tenemos que orar para que Dios nos dé la fe y confianza de creer que él está en control aún en medio de las situaciones de mayor dificultad.  Debemos entregarnos a sus brazos y dejarnos dirigir por el Espíritu Santo para hacer lo que es correcto y dentro de su voluntad, y no para hacer lo que nuestra mente carnal en ocasiones desea que hagamos.  Me declaro a favor de Dios y voy a depositar mi carga en él y a confiar.

Tengo que estar agradecido por todo lo que él hace por mí.  El salmista me exhorta: “Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; alabadle, bendecid su nombre.”  El pueblo iba a la casa de Dios a darle gracias por lo que él ha hecho.  ¿Cuántos hacemos lo mismo cada vez que nos acercamos a su casa a adorarle?  He sido culpable de ir a su casa a solamente pedir y quejarme cuando en realidad nunca se me debe olvidar lo que ha hecho por mí.  EN ocasiones, el trabajo ministerial se vuelve una carga cuando en realidad sus escrituras me exhortan a “Servid a Jehová con alegría; venid ante su presencia con regocijo.”  No es que sea pecado los momentos en que me encuentro triste y decaído, sino que uno le sirve a Dios con alegría y si uno no se siente así, debe de analizar y buscar lo que le está pasando.  Recordar lo que él ha hecho, me llena de gozo, y cuando no lo hace, es un indicio de que tengo que examinar mi vida, buscar más de él y dejar que él sea mi consolador y mi restaurador.  “Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, y su verdad por todas las generaciones.”  ¡Amén!

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Salmos 98 y 99: Dios nos salva, no hay otro como él

Si hay un tema que vemos vez tras vez en las Escrituras es que Dios nos salva, no solamente de un destino eterno de condenación, sino que también nos salva aquí en la tierra.  Está en la naturaleza de Dios actuar a favor de su pueblo.  Ese actuar incluye el salvarnos de nuestros enemigos y protegernos del mal.  Pero cuando Dios actúa no lo hace a escondidas.  Dios actúa a la vista de todos, ya sea actuando a favor de su pueblo o cuando actúa con una persona.  “Jehová ha hecho notoria su salvación; a vista de las naciones ha descubierto su justicia.  Se ha acordado de su misericordia y de su verdad para con la casa de Israel; todos los términos de la tierra han visto la salvación de nuestro Dios.”  Todos los pueblos que rodeaban a Israel eran testigos de la gran obra que Dios había hecho para salvarlos.  De la misma forma, cuando venimos a él y somos salvos, nuestra forma de ser y comportarnos cambia sirviendo de testimonio a la salvación que proviene de Dios.

Como es una salvación pública, debemos celebrarla públicamente.  El salmo nos exhorta a, “Cantad alegres a Jehová, toda la tierra; levantad la voz, y aplaudid, y cantad salmos.  Cantad salmos a Jehová con arpa; con arpa y voz de cántico.  Aclamad con trompetas y sonidos de bocina, delante del rey Jehová.”  Esto es una celebración pública.  En los tiempos bíblicos, las fiestas religiosas era motivos de gran celebración y gozo.  Había música, danza, celebración y fiesta porque se conmemoraba con gozo lo que Dios había hecho por su pueblo.  ¿Cómo serían las celebraciones hoy en día?  De muchas formas, pero de algo estoy seguro, que siempre habría quien las criticaría.  Dejemos que el Espíritu se mueva en nosotros y que cada cual celebre como desee siempre y cuando Dios se lleve toda la gloria por lo que él ha hecho.

El hecho de que Dios salva implica también juicio.  Se nos asegura que no hay nada que temer porque Dios actuará con rectitud y justicia. “Juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con rectitud.”  Por eso es que es mejor estar al lado de Dios.  Él me salvó, por eso no he de temer cuando Dios pase juicio sobre los pueblos y las naciones.

El otro salmo nos habla de cómo la santidad y la grandeza de Dios se debe traducir en adoración y temor (respeto) a Dios.  “Jehová reina; temblarán los pueblos.  El está sentado sobre los querubines, se conmoverá la tierra . . . Alaben tu nombre grande y temible; el es santo . . . Exaltad a Jehová nuestro Dios, y postraos ante el estrado de sus pies; él es santo.”  Lo he dicho y lo he pensado vez tras vez, Dios es mi amigo, pero Dios es santo y todopoderoso.  Esto me mueve a la adoración, pero no a una adoración chabacana sino a una que demuestre mi respeto y admiración.  Él es santo y yo no lo soy en el mismo sentido de esa palabra, sino que yo soy hecho santo por mi relación con Cristo.  Eso no implica que soy santo como Dios sino que he sido hecho santo por él.  Debo de acercarme a él confiado pero con respeto y admiración.  De la misma manera lo debo de adorar por su santidad y grandeza.

El salmista concluye con la idea de que Dios responde a los que le invocan.  “Moisés y Aarón entre sus sacerdotes, y Samuel entre los que invocaron su nombre; invocaban a Jehová, y él les respondía . . . Jehová Dios nuestro, tú les respondías; les fuiste un Dios perdonador, y retribuidor de sus obras.”  ¡Señor, a ti te busco, responde a mis peticiones!  ¡Qué sean para tu gloria y honra! ¡Amén!

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Salmo 97: El dominio y el poder de Jehová

“Jehová reina . . .”  Esa es la gran verdad que el salmista quiere que todos nosotros conozcamos.  Son muchas las ocasiones que esas palabras me llenan de confort y paz.  Al ver ciertas cosas a nuestro alrededor y notar como las cosas no necesariamente están de acuerdo con nuestro entendimiento de lo que debería ser, nos calma el saber que Dios está sobre todo.  No es que lo malo sea la voluntad de Dios sino que aún sobre lo malo él sigue reinando por la eternidad.  Hace sentido que lo celebre la tierra y que todas las islas de ella se alegren.

Dios es todopoderoso y la visión del salmista de su gloria es asombrosa.  Todo el poder, nubes, fuego, relámpagos, anuncian su poder sin límites.  Él es tan poderoso que las montañas se derriten ante su presencia y también desaparecen de la faz de la tierra.  Sino miren el Mar Muerto donde estuvieron las ciudades de Sodoma y Gomorra.  Todo se hundió y desapareció.  El lugar mas bajo de la superficie de la tierra con respecto al nivel del mar.  Los cielos, las estrellas, la luna y el sol anuncian su gloria y también su justicia.  ¿Cómo?  Porque el sol y la lluvia sale tanto para los buenos como los malos pero en su momento, y no debe haber la menor duda, los malos recibirán su justo castigo.  Si al ver la creación, nos damos cuenta que debe haber un creador, ¿por qué vamos a pensar que luego de crearnos nos abandonó?  No solamente eso sino, ¿por qué vamos a pensar que podemos confinarlo a una imagen de talla?  La prohibición a las imágenes hace mucho sentido porque nuestro Dios no es uno que se puede llevar en el bolsillo.  Por eso, “Avergüéncense todos los que sirven a las imágenes de talla, los que se glorían en los ídolos.”  Nuestro Dios es “excelso sobre toda la tierra . . .”  No hay otro como él.  Dios toma decisiones sabias, gobierna la tierra y está sobre todo.  ¡Aleluya!

El salmo habla también sobre aquellos que aman al Señor y odian el mal.  Se nos dice: “Él protege la vida de su pueblo fiel, y los libra del poder de los perversos. La luz brilla para el justo y la alegría sobre la gente honesta. (PDT)”  Él toma cuidado de mí y nunca me dejará.  Tengo que buscar su reino y su justicia y todo lo demás se lo dejo en sus manos porque Jehová reina.

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Salmo 96: Una canción nueva al Señor

“Cantad a Jehová cántico nuevo”, ¿por qué cantar al Señor una nueva canción?  Todas las naciones son invitadas a unirse en una alabanza gloriosa.  El término “nueva” probablemente se refiera a fresca ó debido a nuevas misericordias.  Eso no significa que no se puede usar las misma canciones o palabras en nuestra adoración sino que, salgan de nuestro corazón como una expresión nueva sobre nuestro Dios y lo que ha hecho.

El pueblo de Dios está en su mejor momento cuando su alabanza es robusta, entusiasta y su testimonio es claro y contagioso.  Pero en ocasiones, no alabamos con gozo, somos mecánicos, queremos fabricar lo que se supone que venga de un corazón agradecido y finalmente en vez de adorar lo que hacemos es un espectáculo y no damos al mundo testimonio de lo que Dios ha hecho por nosotros.  Este salmo es un claro llamado a esas dos cosas: adorar y testificar.

La frase “a Jehová”, nos recuerda que nuestra adoración tiene que estar dirigida a Dios.  Eso debería ser obvio, pero es necesario que se nos lo recuerde porque tenemos la tendencia a desviar el foco de nuestra adoración a nosotros mismos.  Podemos fácilmente caer en la trampa de ser consumidores religiosos que asistimos a los servicios donde algo se tiene que hacer para que nosotros nos sintamos bien durante “el culto” en vez de venir con la idea de que somos responsables de hacer algo para Dios.

El salmista nos da ciertos elementos de esa adoración que él desea para Dios.  Nos habla de que la adoración es una obligación de todos, aún para aquellos que no tienen esa obligación porque no han conocido a Dios.  Tiene que ser una adoración abierta y con gozo.  Se nos dice que cantemos, pero como una expresión de lo que hay en nuestro corazón y que sale a nuestra boca.  También se nos habla de que sea pública, “venid a sus atrios”.  La adoración en privado es necesaria pero no puede reemplazar la adoración pública.  Los últimos elementos que se ven son que adoramos su santidad y lo hacemos reverentemente. “Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad; temed delante de él, toda la tierra.”  Si pensáramos, meditáramos y realizáramos quien es Dios no sería difícil adorarlo con el respeto y admiración que él se merece.

Toda esta adoración está mezclada con la idea de dar testimonio o ser testigos.  El salmista nos dice: “Anunciad de día en día su salvación.  Proclamad entre las naciones su gloria . . .”  ¿Qué es lo que tenemos que proclamar?  Las buenas nuevas de salvación.  Diariamente debemos proclamar lo que Dios ha hecho por nosotros.  Tenemos que proclamar sus maravillas, no solamente las que leemos en las escrituras, sino también las que él ha hecho por nosotros.  En mi caso, cuando me sanó, cuando me llenó por primera vez de su Espíritu, cuando ha traído vidas por la predicación que me ha dado y otras cosas que son muchas para mencionarlas todas en este espacio.  ¡Él es el Dios de maravillas!  Pero la maravilla más grande hecha por Dios es nuestra salvación como resultado de su gracia.  Dios hizo paz conmigo a través de su hijo Jesucristo.  No hay una maravilla más grande.  De esto es lo que tenemos que ser testigos.  El salmista dice: “Decid entre las naciones: Jehová reina.  También afirmó el mundo, no será conmovido; juzgará a los pueblos en justicia.”  Descanso en paz porque se que Dios tiene todo bajo su control.

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Salmo 95: Cantemos a Dios con alegría

A los seres humanos nos gusta cantar y nos gusta alabar.  Aún los que no tenemos dones musicales, Dios nos ha permitido apreciar la música y más cuando esta se usa para alabar y glorificar el nombre de Dios.  El salmista nos exhorta a que vengamos y alabemos su santo y bendito nombre.  “Venid, aclamemos alegremente a Jehová; cantemos con júbilo a la roca de nuestra salvación.”  En la época del primer templo, los israelitas venían desde la ciudad de David, subiendo hasta pasar por el palacio del rey hasta llegar al templo y allí en aquel lugar estar ante la presencia de Dios.  Por eso es que dice que, “Lleguemos ante su presencia con alabanza; aclamémosle con cánticos.”  Todo este subir “jalda arriba” se hacia en medio de cánticos y celebración por todas las proezas que Dios había hecho por su pueblo.

El salmista hace una lista de razones por las cuales alabamos a Dios.  Desde que él esta sobre cualquier otro dios, pasando porque él es el creador y todo le pertenece, y culminando con la idea de que también nos creó a nosotros.  Le cantamos y le alabamos, “Porque él es nuestro Dios; nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano.”

La segunda parte del salmo cambia el tono del mismo.  En la primera parte se ve la bondad de Dios pero en la segunda vemos su severidad.  Nos recuerda lo que dice Pablo en Romanos 11:22 “Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado.”  Esa primera parte nos invita al gozo y al agradecimiento, a ver la grandeza de Dios y su gran amor hacia nosotros pero la segunda parte nos invita a examinarnos a nosotros mismos y al arrepentimiento, a que nos demos cuenta de nuestra debilidad y el peligro que nos encontramos.

Deseo cantar con alegría a Dios pero también deseo oír su voz y nunca endurecer mi corazón.  ¡Dios, me arrodillo y postro delante de ti, mi protector y mi salvador!

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Salmo 94: Oración clamando por venganza

¿Por qué nosotros insistimos en tratar de aparentar lo que no somos?  Son muchas las ocasiones que queremos encubrir nuestras emociones en un momento dado.  Pero a Dios no se le puede engañar y que mejor que con Dios para ser y mostrar lo que sentimos ya que de cualquier manera él nos conoce perfectamente bien.  En ocasiones en nuestro corazón hay deseo de venganza, alguien nos ha hecho daño y nos gustaría devolver mal con mal.  Pero la gran diferencia consiste en el hecho de que aquél que es hijo de Dios le deja la venganza en las manos de Dios.

Vez tras vez vemos en los salmos que seres humanos como nosotros fueron los que lo escribieron.  Eso para mí le da autenticidad y me permite acercarme a ello sabiendo que no fueron unos santurrones sino seres de carne y hueso como nosotros.  Todos en algún momento de nuestra vida hemos sentido como el salmista.  “¿Hasta cuándo los impíos, hasta cuándo, oh Jehová, se gozarán los impíos?  ¿Hasta cuándo pronunciarán, hablarán cosas duras, y se vanagloriarán todos los que hacen iniquidad?”  Es difícil quedarse callado con Dios cuando uno ve que el pueblo sufre a manos de estos hacedores de maldad.  Y los primeros pensamientos que nos vienen a la mente no son pidiendo por su conversión sino clamando por su destrucción.  Pero Jesús enseño un camino diferente.  ¡Qué difícil es seguirlo!

El salmista le habla directamente a aquellos que hacen maldad y se creen que Dios no los ve.  Dios los ve y a su tiempo y momento los reprenderá y castigará.  Por eso es que no nos debemos molestar cuando Dios decide corregirnos porque a través de esa corrección escapamos la destrucción eterna.  Esto es si escuchamos a Dios y hacemos lo que él desea que hagamos para nuestro bien.  “Bienaventurado el hombre a quien tú, JAH, corriges, y en tu ley lo instruyes, para hacerle descansar en los días de aflicción, en tanto que para el impío se cava el hoyo.”  No nos equivoquemos, Dios nunca abandonará a su pueblo.  “Porque no abandonará Jehová a su pueblo, ni desamparará su heredad . . .”   Él siempre estará con nosotros y nunca nos dejará.

Es refrescante ver como nos podemos acercarnos a Dios tal y como somos.  Le podemos expresar los triunfos y las alegrías pero también podemos expresarle las experiencias negativas y pedirle a él que nos haga justicia.  ¡Que bueno es servirle al Dios que nos comprende y nos busca al lugar que nos encontramos!  ¡Aleluya! “Mas Jehová me ha sido por refugio, y mi Dios por roca de mi confianza.”

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Salmo 92 y 93: Un canto de alabanza al Señor que reina

¡Qué bueno es alabar al Señor!  Aún aquellos que no hemos sido dotados con dones musicales nos gusta alabar al Señor.  Y es porque la alabanza no solo es de forma cantada, sino que podemos alabarle y darle honra con nuestras palabras y acciones.  Esas alabanzas pueden ser a toda hora, “Anunciar por la mañana tu misericordia, Y tu fidelidad cada noche…”  Podemos usar instrumentos musicales para alabar las obras que Dios ha hecho.

El tema del primer salmo es simple: Dios debe ser alabado por sus justos juicios sobre los malvados y por el cuidado y defensa de su pueblo.  En el día de descanso es bueno meditar en las cosas que este salmo enseña.  En este salmo se alaba y se da gracias.  El salmista es optimista porque espera que todos los enemigos de Dios sean destruidos y el total triunfo y felicidad de los fieles.

El único trabajo que debemos hacer en el día de reposo es alabar el nombre de Dios.  Cada día de descanso debe ser un día de acción de gracias.  Tal vez toda la programación del domingo debiera ser diseñada con esos propósitos.  Al fin el cabo, él es digno de todo el honor y la gloria por los siglos de los siglos.

El próximo salmo es aplicado por los judíos a los tiempos mesiánicos.  Nos habla acerca de la supremacía de Dios en la creación y en su providencia.  Su comienzo de “Jehová reina”, nos prepara para lo que va a venir.  Recibimos la impresión de que el salmista ha estado meditando en las cosas malas que ocurren en el mundo, los misterios que nos rodean y las cosas irreconciliable con las ideas de un gobierno justo en este mundo.  Si quitamos a Dios de la ecuación, lo que nos queda son los problemas de este mundo, que no tendría ninguna esperanza.  Mientras estemos en este mundo, nosotros no tenemos todas las respuestas con Dios, pero sin él no tenemos ninguna respuesta.  Por eso el salmista nos dice: “Jehová reina; se vistió de magnificencia; Jehová se vistió, se ciñó de poder.  Afirmó también el mundo, y no se moverá.”  Esos son los hechos de  Dios, él está en control y nosotros le alabamos y glorificamos por ello.

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